lunes, 26 de diciembre de 2011

¡Concurso Forgotten en Papel y Tinta!

Aquí nuestro amigo Joan nos tiene preparado un concurso. Se sortea Forgotten. Dos. ¿Quién no lo quiere? Pues eso, que entres a su blog, Papel y Tinta, right now. O te crucio un rato. Y luego, Death Note al canto.
Avisados quedáis, así que apuntaros. Solo tenéis que ser seguidores de su blog, y un par de clicks no os van a matar. O si, pero vale la pena arriesgarse. Luego lo publicitáis un poco, y ya tenéis más posibilidades de ser personas ganar. Así de fácil. 
No sé que hacéis todavía aquí, en serio. ¡Largo! Y sigue leyendo. ¿No te he dicho que vayas a apuntarte? Mírale, hasta el final. Te digo que no sigas leyendo. Nada, ni caso, hasta el final.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Vampiros de Morganville #4: Baile de Máscaras

Título: Baile de Máscaras (Feast of Fools)
Autora: Rachel Caine
Saga: Vampiros de Morganville #4
Editorial: Allison & Busby o Versátil 
Idioma: Inglés
Fecha de publicación: 23 de febrero de 2009
ISBN: 978-0-7490-7979-6
Precio: £6.99 o 16,50€







Sinopsis:
En la ciudad universitaria de Morganville, los vampiros y los humanos han aprendido a vivir en relativa paz. Aun así, los estudiantes como Claire Danvers saben que, en cuanto se pone el sol, los estudios quedan en un segundo plano y lo único importante es sobrevivir. No obstante, la sutil política de buenos vecinos sufre un importante revés con la llegada del señor Bishop.
Malo hasta la médula, Bishop es un antiguo vampiro de la vieja escuela que no siente el más mínimo interés por la armonía. Su única obsesión es seguir ocupando el puesto más alto en la cadena alimenticia. Lo que pretende hacer con los vivos y los muertos de la ciudad parece inconcebiblemente siniestro. En el baile de máscaras al que asisten todos los vampiros y sus acompañantes humanos, Claire descubrirá los auténticos planes de Bishop… y la elaborada y perversa trampa que ha ideado para las almas de sangre caliente de Morganville…

¡Otro de Morganville! Debéis de odiarlos ya xD En fin, creo que hare un break para leer otros. Que hoy es Navidades *se muerde las uñas frenéticamente*. No puedo esperar a hacer el IMM. Pero lo dejaré para cuando ya hayan pasado Reyes too. Dejando las ansias infantiles o no atrás, vamos a hablar sobre más Morganville. 
Para empezar. Me estoy cabreando con algunas traducciones de títulos que veo. En inglés el de este libro es Feast of Fools, que sería Festín de Idiotas si la traducción fuese literal. Pues nada, en español se lo pasan por el chirri y deciden poner Baile de Máscaras. Un aplauso al que tuvo la genial idea. Y otro a su jefe, que tampoco le dijo nada. 
¿Pues sabéis qué? ¡Me los paso yo por el chirri a ellos!
El señor Bishop -que significa obispo, por cierto-, la ultimísima adquisición de personajes, es el padre de Amelie. No pongáis esa cara de spoileados porque sale hasta en el libro anterior. Y que es malo maloso se da por hecho; esto es Morganville, no el País de las Maravillas. Ahora resulta que Amelie tiene familia. Eso sí que es nuevo. Esto va a parecer el Diario de Patricia, porque también le sale una hermana y creo que un hermano, pero que lo son solo se menciona de pasada. 
El caso es que, que raro, quiere destruir la ciudad. O más bien, a Amelie. Aunque no lo parezca, a ella le gusta Morganville, ha trabajado mucho para que eso funcione. Lo que precisamente Bishop quiere destruir.
Mediante una fiesta. 
Sí, habéis oído bien, una fiesta. De máscaras. Todos los vampiros están invitados, of course, pero deben llevar un acompañante humano con ellos. El para qué es lo importante. Y no sabéis cuanto... 
Shane por fin empieza a aceptar al Michael vampiro. El cual, por cierto, también está invitado al dichoso baile.
Myrnin aparece en este libro también *Bea empieza a fangirlear hiperventiladamente*. En serio, adoro a este chico. Es tan... tan... ecdvhunbvverwsedcviuhtfcvdbnumy. Y sigue recordándome a L. I can't help myself. El doctor que atendió a Monica en el libro anterior quiere estudiar los cristales, y Amelie se lo permite. ¿Resultado? ¡Nueva y exclusiva para Myrnin fórmula mejorada en polvo-barra-dardo-venenoso-barra-inyección! Por lo que está equilibrado la mayor parte del tiempo, que estas dosis funcionan durante más tiempo. 
Otra cosa de la que me he dado cuenta leyendo este libro es que no da la más remota idea de como es Claire. Creo que menciona que tiene pelo corto, pero nah de nah más. ¿Es alta, baja, rubia, morena, castaña, tonta, putilla? Caine, que llevamos ya cuatro libros... Sé mejor como es Idiota Shane, Lovely Eve (gótica xD) y Awww Michael. Incluso Amelie. Creo que ésta última se tiene que parecer a una de esas estatuas Griegas pero con ropa. 





sábado, 24 de diciembre de 2011

¡Feliz Navidad a everybody!

¡Feliz Navidad! 
Que hoy es 24 de diciembre, y eso quiere decir que esta noche alguien nos va a traer... ¡librooos! Vale, y más. Cada uno lo que haya pedido.
Pero no todo son regalos, bitches capitalistas. También hay comidas familiares, y frío, y arbolitos, y frío, y belenes, y frío y todo ese stuff. Me encanta el frío. 
Espero que os lo paséis genial en esta época del año, que es la única en la que dices que harás algo el año que viene no quedas como un auténtico vago mal. Que lo paséis con la familia, o amigos, o con vuestro gato, o con quien sea. Lo importante es que sea genial. 
Así que gracias también a todos vosotros; los que me leéis, los que me seguís, a los que me aguantáis. ¡Cherry christmas!



jueves, 22 de diciembre de 2011

Must Series (I): Death Note


Bueno, para abrir la sección os voy a hablar sobre una serie que a mí me enganchó desde el primerísimo capítulo, y que me dejó hasta que lo teminé. Death Note.
Primero, de qué va. Si sabéis inglés os habréis dado cuenta de que significa Cuaderno de Muerte. Y de eso precisamente va. Un estudiante, el mejor de Japón, está aburrido. Nada despierta su interés. Hasta que se encuentra un misterioso cuaderno en el que la persona cuyo nombre escribas en él morirá. Entonces decide limpiar el mundo de criminales y maldad, y convertirse en Kira, el Dios del Nuevo Mundo.

Podemos decir que Misa es rubia natural
Claro, que si empiezan a caer asesinos como moscas de infartos, pues se nota un poco. Y ahí es donde entra el álter ego de Light, L. Es el mejor detective del mundo, L obviamente no es su verdadero nombre y ha resuelto los casos más difíciles de la historia. 
Bueno, hasta ahí en general. Pero hay mucho más. Muchísimo más. 
No está dirigido a ninguna edad en particular, y te presenta unos dilemas morales que te dan qué pensar. Creo que en eso radica su éxito. Además, sus personajes súper carismáticos y complejos son ^^ Menos Misa, que es idiota ¬¬

Pero quién es Misa? Pues ahora os digo los personajes principales.
Light Yagami: Es Kira. Estudiante más inteligente de Japón, está aburrido de todo hasta que encuentra el Death Note. Inteligente, retorcido, carismático, un poco infantil y fatal perdedor. Imposible no amarle.  
Y luego no engorda el jodío ¬¬
L: El mejor detective del mundo. Nunca muestra su cara ni su verdadero nombre. Inteligente donde los haya, el caso Kira despierta su atención. Siempre sospecha de Light, y le tiende múltiples trampas para demostrarlo. Es genial, se sienta siempre de cuclillas y solo come cosas con mucho azúcar. 
Misa Amane: Segundo Kira. Idiota a más no poder, pero bien que chantajea a Light con decirle al mundo quien es. Idiota. Light nunca la ama, solo utiliza su ojo de shinigami. Idiota. Es modelo y se viste mucho como una putilla. ¿He mencionado ya que es idiota? 
Esa relación que todos queremos
Y hay más, pero si os los digo todos no termino xDDDD Bueno, vale, menciono otro. Ryuk, el shinigami (dios de la muerte) dueño del Death Note de Light es genial. Y adora las manzanas ^^  I'm Light forever. Aunque L es asyjncadgmuy también. Pero Light es Light. Y entre esos dos personajes tenía que haber algo. Creo que ya sabeis a lo que me refiero xD ¿Ah, no? Pues un rollo homosexual que explicaría muchas cosas. Como el apellido de Light. Yagami. Léelo al reves. I Am Gay. ¿Veis? Y tiene que haber rollos, que sino no funcionamos el fandom.  
Ok, la historia está que te cagas y casi no decae en ningún momento. Son 37 capítulos, ya no hay más. Fuck. Se podría dividir en dos partes, con L y con Near y Mello. L rules. Mello y Near copia caca. También están en manga (comic) y en ese formato son 12 libros más un 13 aparte. La mejor parte de la historia es el principio, en mi opinión, cuando L y Light se enfrentan entre ellos con astucia. Después sigue siendo OMFG a cada instante, pero psé, se echan de menos los viejos tiempos. 
Han hecho películas incluso. De personas. Son tres, pero otra vez, serían dos mas la otra que no tiene que ver con la historia de las dos anteriores. 
Aun así, merece la pena verlo. Mucho. Podría ser lo último que vieras antes de morir y morirías feliz, solo digo. 
God, me estoy poniendo nostálgica. Ains... Aquí os dejo, que yo me voy a rememorar buenos tiempos. 
Por cierto, yo soy Kira. 

lunes, 19 de diciembre de 2011

Mi cumple ^^

Hoy es mi cumpleeeeeeeeeeeeeeeeeeeee ^^
Pues eso, que hoy es mi cumple. Y como sé que se os va a olvidar, hago esto xD Just kidding, solo me apetecía. Estoy feliz, ¿vale? Me siento mayor ^^
Y para que lo sepáis, pienso hacer IMM en vacaciones o por ahí. Que libros hay un montón. Entre el cumple y Navidad... Os vais a hartar de mí xDDDDD Eso es imposible, lo sé.
En fin, que soy un año más vieja, pero ahora no me lo vengáis a restregar ¬¬ Yo crezco, no envejezco. Todavía. Fuck. Ya se me ha recordado. Ains, menos mal que queda mucho xDDD
Pues bueno, también aprovecho y doy a las gracias. A todos vosotros, por aguantarme seguirme, y a todos los que me han felicitado. Os quiero un montón, bitches. For the record. Hasta el año que viene!
Xoxo


P.D: Xoxo es la forma inglesa de besos (kisses) pero no es chocho. For the record.

viernes, 16 de diciembre de 2011

¡Póster final de The Hunger Games!

Decidme que no es auixtnqjygsdnrdycgansudhjaka y moriréis. Just kidding, solo os torturaré un poco. Pero GOD. 



23 de Marzo, el DÍA.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Vampiros de Morganville #3: El Callejón de la Medianoche

Título: El Callejón de la Medianoche (Midnight Alley)
Autora: Rachel Caine
Saga: Vampiros de Morganville #3
Editorial: Allison & Busby o Versátil 
Idioma: Inglés
Fecha de publicación: 5 de septiembre de 2008
ISBN: 978-0-7490-7922-2
Precio: £6.99 o 16,50€






Sinopsis:
Morganville es un lugar estupendo para vivir… Cuando Claire Danvers descubrió que la ciudad donde estudia estaba dirigida por vampiros, hizo lo que hubiera hecho cualquier estudiante inteligente y con instinto de supervivencia: pedir un traslado y hacer acopio de ajos. El traslado ya no es una opción, pero los ajos puede que le resulten útiles. ... Y para morir, si no te importa ese tipo de cosas. Ahora Claire ha jurado obediencia a Amelie, el vampiro más poderoso de la ciudad. No obstante, la protección que proporciona el contrato no despierta mucho entusiasmo entre sus amigos. De la noche a la mañana, la ciudad se sumerge en una oleada de asesinatos, un acosador resurge de su pasado y Claire recibe una escalofriante invitación por parte de un viejo chupasangre para asistir a clases particulares en su solitaria guarida. Claire no tardará mucho en descubrir con qué fin… lo que dará un nuevo y aterrador significado al concepto de clases nocturnas.

SPOILERS, SPOILERS EVERYWHERE
Esta reseña sí que tendrá algún spoiler porque, bueno, porque sino esto se nos quedaría en nah. ¿Y nadie quiere eso, verdad? Claro que no.
Primero de todo. OMG OMG OMG OMG ¿¿Habéis visto que portada tiene?? Es supermegahiperguachipiruli genial. La chica, aunque a priori no se note, si clicais en la imagen veréis que tiene los ojos de un verde precioso. Photoshopeado, obviamente, pero muy bonitos. Y si se supone que es algún personaje, no tengo ni la menor idea de quien es. 
Pasando a temas interiores. Bueno, como pasó en el anterior, el hilo argumental de éste no tiene nada que ver con el segundo. La banda de moteros-barra-asesinos-de-vampiros del padre de Shane ya no está en la town, y pueden volver a hacer vida normal -según los estándares de Morganville-. Claro que ahora Amelie es la protectora de Claire y por lo tanto, está obligada (Claire, no Amelie) a hacerle algunos favorcillos a la Reina del Hielo. Por que definitivamente Amelie es una reina de hielo.
Ninguna portada puede
 competir con la UK
El primero de ellos es acudir como aprendiz de un antiguo y psicológicamente inestable vampiro. Algo así como con alzheimer-agresivo. Se llama Myrnin, y no sé porque me recuerda mucho a L en sus momentos lúcidos... Es inteligentísimo, y tan antiguo que Amelie quiere que le enseñe lo que sabe a alguien por si... Algo pasa. 
Y empieza enseñándole alquimia. Si, lo de la piedra Filosofal, convertir metales en oro y todo ese stuff. 
La verdad es que es un personaje que me ha enamorado. Sí, tengo debilidad por la inteligencia, es mi fetiche personal. 
Luego está el hecho de que Claire, por el simple hecho de ser la protegida (palabra educada para decir esclava o similar) de Amelie, el vampiro más importante de la ciudad, es popular. Así que Monica deja de intentar matarla para pasar a invitarla a fiestas de etiqueta. Todo muy normal. Menos mal que Claire todavía no es tan tonta como para dejarse convencerse tan fácilmente. 
Los demás personajes no tienen tanta importancia en este libro. Me refiero a Eve, Michael y Shane, los otros habitantes de la Mansión Glass. Shane sigue siendo un idiota, Eve sigue siendo gótica y Michael sigue siendo un vampiro. Sí, y Shane sigue siendo un aún más que de costumbre completo idiota con Michael. En el segundo pidió a Amelie que lo transformara para que dejara de ser un fantasma, así que voilà. Y Shane no se lo perdona. Idiota ¬¬
Otra cosa que me ha llamado mucho la atención es la forma en la que Rachel termina los libros. Siempre deja algo justo empezado, para tener algo sobre lo que trabajar en el siguiente. Inteligente, la verdad, pero eso solo hace que te deje con una sensación de ¿nunca va a parar? Y no, obviamente. 
En resumen, es bastante mejor que sus antecesores básicamente gracias a Myrnin. 





domingo, 11 de diciembre de 2011

Primer Capítulo Revelación, Anissa B. Damon

He encontrado por ahí el primer capi, así que allá va. La verdad es que empieza fuerte, y con muuuy buena pinta. 


RevelaciónUnos fuertes golpes penetraron en mi cabeza. Eran rápidos y profundos, mucho más de lo normal para un corazón como el suyo. Eso solo podía significar una cosa: se pararía de un momento a otro. Algo se retorció dentro de mi pecho y una oleada de temor me invadió por dentro. Abrí los ojos sobresaltada y contuve el aliento. Me pasé una mano por la cara y miré a mi alrededor.

No era consciente de cuándo me había dormido, ni de dónde estaba. Había mucho, mucho ruido; era increíble quesolo esos latidos me hubieran despertado.

Bajé la vista y descubrí que estaba apoyada contra el hombro de Christian. Poco a poco volví a enderezarme. Cerré los puños con fuerza; me habían comenzado a temblar los dedos. Mi mente estaba poco lúcida, pero mi cuerpo seguía recordando todo lo que había ocurrido.
Entonces, una mano fría y ardiente al mismo tiempo me cubrió la mía y la apretó para infundirme ánimos.
—Ya hemos llegado —me susurró al oído.
Alcé la vista hacia él y su imagen me obligó a salir de la bruma y volver a la realidad. No tenía buen aspecto; jamás hubiese creído que podría decir algo así de él, pero era cierto. Sus ojos estaban hinchados e irritados y sus pupilas extremadamente dilatadas, hasta el punto de no poder diferenciarlas del iris; su piel aún más pálida de lo normal y el color de sus labios había pasado de un tono intenso y tentador a uno apagado y sin vida. Me obligué a recordar el tormento al que se estaba sometiendo por mí y el hecho de que, si no se controlaba, podría acabar conmigo y con toda esa gente sin vacilar ni un segundo.
—¿Cómo te encuentras? —le pregunté con cautela.
—¿Es una broma? —musitó en un hilo de voz, volviendo despacio la cabeza hacia mí y arqueando una ceja. Incluso en su tono podía notarse el dolor que estaba soportando.
—No, perdona. —Arrugué el gesto—. Ha sido una pregunta estúpida. —Volví a escuchar—. Tu corazón se está…
—... parando —terminó él—. De un momento a otro, en cuanto desaparezca el último rastro de guardián que hay en mis venas.
—¿Cuánto tiempo crees que queda? —pregunté preocupada.
Apretó la mandíbula con fuerza y tomó aire, provocando que las aletas de su nariz se dilataran y otorgándole, por un segundo, el rostro fiero de un animal salvaje.
—No mucho.
Volví a mirar a mi alrededor. Eran varias las personas sentadas allí dentro, posibles candidatas a convertirse en víctimas de un Christian descontrolado, incluso yo. No pasé por alto el hecho de que muchos nos observaban, tal vez por nuestro aspecto. No habíamos tenido tiempo para cambiarnos o asearnos en nuestra huida de la casa de los Lavisier. Nuestra ropa estaba manchada de tierra, la de Christian incluso presentaba manchas de sangre, y el mismo hollín que la cubría ensuciaba nuestras caras y manos.
También podía ser porque, a pesar de esa imagen deteriorada y del corte sangrante en su cuello, producido por las zarpas de Silvana, incluso con ese aire mortecino, salvaje y peligroso, resultaba igualmente cautivador para los humanos. Cierto, no tenía buen aspecto comparado con su apariencia normal pero, al fin y al cabo, seguía siendo Christian Dubois y, tal y como había podido experimentar en mis propias carnes, poseía un encanto y apariencia arrebatadores, un tipo de atracción imposible de combatir.
Así que, desde luego, no podía culparles; fuese por lo que fuese, tenían motivos para hacerlo.
Me sentía culpable por ser la razón de su sufrimiento. Él habíamsido el que más se había sacrificado por mí, se había torturado a sí mismo y expuesto a una infinidad de peligros para evitar que nadie me hiciera daño y lo había conseguido, pero el precio por mantenerme a salvo había sido alto, sin duda, ignoraba qué había sido de los De Cote, e incluso de Helga Lavisier; todos ellos se habían puesto en peligro por mí. Mi única lesión correspondía a un corte en el hombro, producido por la afilada hoja ensangrentada de Silvana. Dolía, ardía de frío y calor a la vez pero, sinceramente, después de verlo a él, sin pronunciar una palabra sobre su propio dolor, ¿cómo podría quejarme yo por un ridículo e insignificante corte? Por mucho que me doliera la sangre de guardián, no merecía que emitiera ni un leve gemido.
Incómoda, intenté evitar las curiosas, a la vez que reprobatorias, miradas de la gente y me centré en lo que aparecía al otro lado de la ventanilla. Un segundo después, se encendió el piloto que indicaba que había que abrocharse los cinturones de seguridad, y comenzamos el descenso a tierra.
Lo que había ocurrido desde que la casa de los Lavisier había comenzado a arder estaba borroso. Todo parecía lejano y envuelto en una densa bruma a pesar de no haber transcurrido más de unas horas desde entonces. Sentí algo pesado en el estómago cuando el avión inclinó el ala derecha, ofreciendo una amplia panorámica del lugar al que nos dirigíamos. Era de noche, una noche sin luna. La ciudad ahí abajo estaba repleta de pequeñas lucecitas que comenzaron a hacerse cada vez más y más grandes, hasta que pude distinguir con claridad los coches circulando por la carretera.
Notamos unas pequeñas sacudidas y poco después aterrizamos. Christian vigilaba atento, pero con el rostro impasible, todo movimiento a nuestro alrededor, pendiente del momento en que parásemos. La gente comenzó a hablar entusiasmada, y muchos se despertaron, retorciéndose y estirándose, doloridos por las incómodas posturas.
El avión comenzó a frenar. Christian se volvió hacia mí, con una mirada elocuente, y se llevó con cuidado mis manos a la boca, besándolas sin apartar sus ojos de los míos.
El corazón le latía desbocado. Entonces, una pequeña sacudida dio a entender que habíamos parado.
Se puso inmediatamente en pie, con sus dedos entrelazados a los míos, y salimos al pasillo, mucho antes de que a alguien le diera tiempo siquiera de reaccionar. La gente nos observaba extrañada mientras avanzamos entre las hileras de asientos.
Christian esquivó con facilidad a la azafata, que se dirigía a detenerlo y abrió la puerta sin esfuerzo.
—Vamos, Lena —instó con voz profunda mientras atravesábamos la pasarela que conducía a la terminal—, nos están esperando.
—¿Quién? —pregunté, confundida—. ¿Quién nos está esperando?
—Una familia que vive en un pueblo cerca de aquí —me explicó—. Te llevaré con ellos.
—¿Cómo que me llevarás con ellos? —Paré en seco—. ¿Y qué vas a hacer tú?
—La sangre de guardián dejará de hacer efecto en breve —dijo con voz grave, y se volvió un segundo hacia mí—. Debo pasar esta noche solo.
Se había inyectado sangre de guardián para retrasar el efecto que tenía en él la ausencia de luna, aquello que lo transformaba en un auténtico monstruo. En ese momento ya me resultaba imposible contar sus latidos, por la velocidad desenfrenada de su corazón. Tenía los ojos rojizos y caminaba deprisa, apretando mucho la mandíbula. Pasamos de largo el control y salimos por la puerta de «LLEGADAS». Una vez más, nuevas miradas chocaron contra nosotros, las de las personas que esperaban detrás de una cinta a sus familiares o seres queridos. Nos abrimos paso entre ellos sin ningún tipo de delicadeza. Notaba sus intenciones de quejarse o incluso proferir algún tipo de insulto hacia nosotros pero por alguna razón enmudecían al vernos.
Salimos fuera, ante una gran hilera de taxis que esperaban para transportar a los recién llegados. Bajo la oscura noche, el aspecto de Christian empeoró aún más. De pronto se paró en seco,
sujetándose el pecho con una mano al tiempo que un bramido surgía de su interior. Retrocedí un paso al ver cómo hiperventilaba.
Intenté escuchar sus latidos, pero no lo logré, habían frenado de forma tan brusca como él.
—¿Christian? —pregunté con miedo.
—Aléjate —gimió entre dientes.
Me habría encantado no hacerlo, quedarme a su lado e intentar reconfortarle, pero las cosas son más complicadas de lo que parecen con Christian Dubois. Aun así no me aparté mucho, no más de un par de pasos. El aire era frío, y gracias a ello no había muchas personas alrededor, aunque eran varios los taxistas que miraban intrigados la forma en que se retorcía de dolor.
Entonces, para mi gran sorpresa y, para qué negarlo, consuelo, escuché un potente latido retumbar en su interior. Pasaron un par de segundos y sonó otro. Eran lentos, sin embargo ahí estaban, su corazón no se había detenido. Aliviada, volví a su lado, pero me quedé congelada al ver sus ojos: todo lo que antes fuera blanco e inmaculado estaba ahora surcado por miles de caminitos rojos.
—¿Christian? —repetí.
Tomó aire repetidas veces. Las venas del cuello se le marcaban de manera increíble por el esfuerzo que estaba haciendo para controlar el dolor.
—Ya no queda ni una sola gota de guardián en mi cuerpo —anunció, retorciéndose de nuevo.
—¿Qué ocurrirá ahora? —balbuceé con miedo.
Él me miró un instante a los ojos de forma locuaz. «Catástrofe», esa fue la primera palabra que llegó a mi mente. Se enderezó y tomó mi mano con firmeza.
—Vamos, apenas queda tiempo.
Evité preguntar «¿para qué?» porque estaba segura de a qué se refería. Solo lo había visto una vez en noche de luna nueva y no podía decir que se tratase de uno de los mejores momentos que había pasado con él.
—Buenas noches —saludó un taxista al ver que nos acercábamos. Era un hombre bajito, de ojos cansados, con bigote y densa cabellera cubierta por frondosas canas—. ¿Les llevo a alguna parte?
—Al lugar más apartado de esta ciudad —ordenó de forma brusca ayudándome a entrar en el coche—. A algún sitio abandonado en las afueras, cualquier cosa.
—Hay un antiguo polígono industrial —vaciló, mirándonos por el espejo retrovisor al entrar en el coche, analizando qué tipo de personas le pedirían algo así—, no se usa desde hace por lo menos una década. —Volvió a lanzarnos la misma ojeada de desconfianza.
—Llévenos allí de inmediato —mandó Christian.
Sin embargo, no puso el coche en marcha, se volvió completamente hacia mí y con voz muy seria me preguntó:
—¿Está todo en orden, señorita?
Parpadeé dos veces sin entender, ¿no se daba cuenta de lo importante que era el tiempo? ¿De la prisa que teníamos? No tardé en comprender qué era lo que se estaba imaginando. A juzgar por nuestro aspecto, mi expresión, el rostro fiero y amenazante de quien me acompañaba, la manera en que él me aferraba la mano y su prisa por llevarnos a un lugar lo suficientemente apartado como para que no se oyeran los gritos… Bueno, no hace falta ser un genio para saber que ningún humano busca un lugar así con buenas intenciones, debía de pensar que él me llevaba a la fuerza o algo parecido.
—Sí —me apresuré a decir—, deprisa, por favor.
Christian irguió la espalda, echándose hacia atrás con un espasmo y apretando los dientes con fuerza. Cerró el puño hasta que la piel de los nudillos se le tornó completamente blanca, también noté cierta tensión en la mano que rodeaba la mía.
—¿Tendría la amabilidad de arrancar de una vez? —rugió entre dientes, sin poder abrir los ojos.
El conductor echó un último vistazo. Yo asentí con avidez y él, por fin, pisó el acelerador y se adentró en la carretera. Presté atención a su corazón: latido, silencio, latido, silencio, latido…
Miré a Christian, que seguía sin abrir los ojos. Tenía todo el rostro concentrado en una mueca violenta y feroz. Intenté no pensar en lo arriesgado que era para el conductor y para mí estar allí dentro, encerrados con una fiera sedienta de sangre a punto de despertar. Noté todos mis músculos tensos, pendientes de cada minúsculo cambio en él. Todavía recordaba cómo había reaccionado aquella vez en la que yo aún no era exactamente cazadora. Creí que acabaría conmigo, pero no fue así. Recordarlo me aliviaba un poco, pero de pronto abrió los ojos y todas mis entrañas se retorcieron de pavor. No era una mirada furiosa, irritada o dolorida, sino cruel, horrible; sencilla y relajada, cargada de una oscuridad mayor de la que cualquier persona pueda imaginar. No importaba lo que intentara decirme a mí misma, debía temerle y alejarme un poco de él. Sentía auténtico pánico por estar ahí sentada. Observé con horror al conductor y luego al seguro cerrado de la puerta. Después me volví lentamente hacia él, con todos los músculos rígidos por el pánico. ¿Habría alguna forma de saber en qué momento dejaba de ser el Christian que yo conocía para convertirse en ese gran predador del que tantas veces me habían prevenido? Si la bestia despertaba en él, podría acabar con el pobre taxista y conmigo con un único movimiento. Pero ¿y si ya no era él? ¿Y si su plan era alejarnos de la gente para poder acabar con nosotros?
Latido…, silencio…, silencio…, latido…, silencio…, silencio…, latido…
Estaba segura de que él no quería hacerme daño pero no sabía el efecto que había tenido esa sangre en su cuerpo. Haber retrasado el proceso le convertía en un ser mucho más peligroso ahora. Mi mano se quedó tensa bajo la suya, ardía cada vez más.
A pesar de eso, tampoco estaba dispuesta a apartar la mano y que él pensara que le tenía miedo…, aunque en el fondo así fuera.
Noté la mirada del taxista, a través del espejo retrovisor, contemplando cómo Christian abría y cerraba el puño con fuerza, aún con esa expresión. Estaba a punto de gritarle que parase,
que detuviera el coche y que nos dejase salir corriendo de allí, antes de que fuera demasiado tarde, pero Christian volvió a cerrar los párpados y a sumirse en una nueva oleada de dolor. Con esa forma de mirar oculta me resultaría más fácil razonar.
Me concentré durante todo el camino en contar los segundos que pasaban entre latido y latido: cinco…, siete…¿A por quién iría primero: a por el pobre humano o a por la inexperta e ingenua
cazadora? Ocho…, nueve… Aterrada, recordé que él era consciente de que un humano le duraría mucho menos que alguien como yo. Cuando ya transcurrían diez segundos entre
uno y otro, el coche se detuvo.
—Hemos llegado.
Por primera vez, aparté mi atención de él y la centré en lo que nos rodeaba. Christian abrió los ojos de golpe, se enderezó y salió al exterior. Lo seguí. Estaba en un callejón, oscuro y, tal y como había dicho el hombre, abandonado. No había rastro de vida humana, ni siquiera las farolas estaban encendidas; tan solo una fábrica abandonada. No entendía por qué razón me había llevado allí. Christian sacó de su bolsillo una cartera y extrajo de su interior un pequeño fajo de billetes. Los ojos del taxista y los míos propios se desviaron inconscientemente hacia él. Christian se los puso con brusquedad en la mano y con voz grave añadió:
—No se mueva de aquí. Espere hasta que ella salga. Con eso bastará.
«¿Hasta que ella salga? Tal vez no quiera acabar con ninguno de los dos al fin y al cabo», pensé.
Después se volvió hacia mí, tomó de nuevo mi mano y me condujo hacia el interior.
—Señorita —musitó—, venga conmigo, no se quede con él.
—Espere, volveré enseguida —pedí, confusa. Cuando estuvimos fuera de su vista, Christian agarró una puerta blindada de metal y, con un solo movimiento, la arrancó de la pared—. ¿Qué hacemos aquí?—balbuceé al entrar.
—Necesito tu ayuda —me dijo.
—¿Para qué? —pregunté, sorprendida de que me pudiese necesitar a mí para algo.
Él miró a su alrededor, buscando algo. Un instante después se dirigió con paso decidido a una máquina y arrancó de ella dos grandes cadenas. Las enrolló con cierto estruendo y se acercó a mí.
—Para esto —anunció.
—¿Cadenas? —retrocedí.
Se aproximó a una columna e intentó zarandearla, pero no parecía muy estable. Fue comprobándolas una a una hasta que encontró lo que buscaba, casi al otro lado de la sala en la que habíamos entrado.
—Encadéname —soltó de pronto.
—¿Qué?
—Deprisa —apremió con dificultad.
—¿Por qué?
—Se acaba el tiempo.
Me tendía las cadenas, con los ojos suplicantes enmarcados en ese rostro feroz. No quería hacerlo, pero me acerqué y las cogí.
Él retrocedió hasta chocar su espalda contra la superficie rugosa.
—¿Servirán? —indagué mientras rodeaba su cuerpo varias veces con ellas. Mis manos temblaban de miedo.
—No estoy seguro, no sé qué fuerza tendré esta noche.
—Quiero quedarme contigo —musité a un palmo de su rostro, cuando llegué frente a él.
—De ninguna manera. —Su cuerpo se retorcía—. Apenas queda tiempo —anunció—. Mete la mano en mi bolsillo. —Hice caso y saqué de él un pequeño papel doblado en dos partes—. Es la dirección donde te espera Gareth. Le he dejado suficiente dinero al taxista como para sacarte del país, si así se lo pidieras, pero ningún humano es de fiar, tienen demasiado miedo, así que debes salir en su busca cuanto antes.
—Te cuidaré —insistí, encerrando el papel en el puño—. No quiero separarme de ti, no vas a hacerme daño.
—Es demasiado peligroso. —Negó con la cabeza—. Volveré a verte pronto, pero debes salir ya de aquí, Lena. No podré controlarme más tiempo. —Me acerqué a él y le besé con cuidado la mejilla. Su corazón estaba a punto de pararse—. Márchate, por favor. —Retrocedí hacia la puerta sin apartar la vista de él—. ¡Vete! —rugió—. ¡CORRE!
Llegué junto a la salida, me di la vuelta y apreté el paso hacia la calle. Cuando llegué allí, el taxi ya no estaba. Miré a mi alrededor;
Christian tenía razón, se había marchado. Escuché ruidos que venían de dentro, eran las cadenas agitándose. Me obligué a no preguntarme cuánto tiempo tardaría en deshacerse de ellas.
Di una vuelta sobre mí misma, sin saber dónde ir. Estábamos en las afueras, no había gente alrededor, ¡ni siquiera luz! Tampoco parecía que pudiera encontrar civilización a menos de varios kilómetros desde donde estaba. Debía reconocerlo, estaba metida en un gran lío.
En ese instante, escuché un fuerte estruendo metálico acompañado por un tremendo alarido de dolor y, horrorizada, comprendí que ya se había liberado. Debía correr. No importaba la dirección ni el lugar al que fuera a ir a parar. Tomé la primera calle que encontré; una estrecha y alargada. Fue un error, pero no me di cuenta hasta que estaba completamente dentro: si él aparecía, me vería sin problemas. Tampoco era una opción retroceder por el riesgo a encontrarme cara a cara con él. Todo estaba grisáceo, había mucho polvo, y había empezado a levantarse una ligera niebla.
Paré un segundo para analizar el silencio. En situaciones normales, mis agudizados sentidos me permitían saber cuándo estaba cerca, en especial el olfato y el oído; pero para entonces llevaba su olor en cada célula de mi cuerpo y su corazón no emitía sonido alguno. Miré a mi alrededor, intentando encontrar la manera de advertir si se acercaba, pero él era sigiloso por naturaleza propia, lo que lo hacía aún más difícil y... peligroso. Despacio, e intentando no hacer ruido, me acerqué a la pared y me apoyé contra ella, escondiéndome poco a poco, y me quedé agazapada tras unos enormes contenedores. Ni siquiera me atreví a respirar, me quedé completamente inmóvil, confiando en que mi olor quedara camuflado entre todos los que inundaban ese lugar. Si lo hacía bien, tal vez podría esperar allí a que el sol saliese, y pusiera fin a esa tormentosa noche.
De pronto, sentí que algo pasaba veloz sobre mi cabeza y de forma instintiva alcé la vista hacia el tejado. Salí corriendo en dirección contraria, intentando por todos los medios ser sigilosa pero había mucha agua por el suelo, debía de haber llovido hacía solo unas horas. Sin duda, esa era una de las razones por las que Christian había preferido ir por las alturas.
Tomé la primera callejuela que encontré a mi paso para despistarlo. Después de varios minutos, frené un momento para permitirme el lujo de analizar una vez más el silencio. Entonces, al otro lado, divisé, algo alejada, una carretera iluminada. Por allí pasaban coches a gran velocidad. Un pequeño brote de alegría invadió mi cuerpo. Me dirigí hacia allí tan rápido como me permitieron mis piernas, sin pensar, sin mirar atrás, sin tomar ningún otro camino... segundo error.
Por fin salí de la callejuela. Aún había una pequeña explanada hasta llegar a la carretera. Los coches eran demasiado pequeños como para que me pudiesen ver si hacía una señal aunque al menos sabía qué dirección debía tomar. Seguí corriendo pero, en ese momento, sentí algo a mi espalda. Me detuve poco a poco, sin atreverme a volver la vista atrás. Como si el mundo entero intentase anunciármelo, el aire cambió de dirección, transportando su olor, su único y maravilloso aroma, hacia mí. Muy despacio, me volví hacia él y encontré a la fiera, a su otra mitad.
Tenía su rostro y su cuerpo, pero la bestia de su interior lo había dominado, se había apoderado de él.
Fui a retroceder un paso pero él saltó sobre mí y no pude hacer nada por evitarlo. Intenté correr sin éxito, porque me aferró de una pierna y me tiró al suelo. Con un ágil movimiento se lanzó contra mi cuerpo para aprisionarme contra la tierra aunque, de nuevo gracias a mis reflejos, lo esquivé. Volvió a por mí e hice algo horrible: le golpeé fuerte para alejarlo todo lo posible.
Me costó un instante más recordar que ese no era el Christian que yo amaba, sino un monstruo que no vacilaría en acabar conmigo. Mi golpe consiguió empujarlo antes de que lograra sujetarme de nuevo y salió despedido hacia atrás. Durante un momento no se movió, así que me puse en pie despacio y me acerqué a él con cautela. Comenzó a retorcerse en el suelo, con la cabeza echada hacia atrás y los músculos del cuello marcándose más de lo que jamás podría considerarse normal. Sentí un golpe de dolor en el pecho al verle ahí tendido, sufriendo. Extendí con cuidado una mano hacia él, sin atreverme aún a arrodillarme a su lado, pero abrió los ojos con un rápido movimiento y los clavó en mí. Pegué un salto hacia atrás por el susto. No esperé ni un segundo más, me di la vuelta y empecé a correr por encima de mis posibilidades a través de la explanada, consciente de que nada importaba el que yo fuera más fuerte y que ello me permitiera una mayor velocidad, porque su agilidad era mucho mayor y sabía emplear sus facultades mil veces mejor que yo. No había conseguido recorrer ni la mitad de la distancia cuando sentí que algo me tiraba de bruces contra la arena. Intenté apartarlo, grité con desesperación, luchando para impedir a toda costa que me inmovilizara, pero fue inútil. Me sujetó con fuerza ambos brazos con una sola mano, mientras con la otra desgarraba el cuello de mi camiseta en un intento por abrirse paso hacia mi corazón.
—¡No! —balbuceé sin apenas fuerzas. ¿Acaso habíamos escapado de todo ese tormento en La Ciudad para acabar así?—. ¡Soy yo! —supliqué—. Por favor...
Con un doloroso zarpazo me abrió la piel. Grité de dolor, retorciéndome y forcejeando hasta que pude liberar una de mis manos.
Llevada por la desesperación, hice lo primero que se me ocurrió para separarlo de mí: apreté la palma con fuerza contra la piel de su pecho, bajo la ropa. Él soltó un gran alarido. Si tenía algo claro era qué zonas de nuestro cuerpo se habían acostumbrado al contacto con el otro, y esa no era una de ellas. Asustada, descubrí que no había tenido el efecto que esperaba, no se había apartado, seguía ahí, pero ahora su sed de sangre había aumentado.
—¡Christian! —tartamudeé intentando arrastrarme hacia atrás.
Alzó la vista hacia mí y me clavó su penetrante y siniestra mirada durante unos instantes. Mi cuerpo temblaba cada vez más, según sentía aumentar la rabia en el suyo. Mi mano seguía apoyada contra su pecho, acrecentando su dolor, pero yo no la apartaba. De pronto, juntó nuestras frentes y sus ojos comenzaron a cambiar; una neblina ambarina los cubría. Sabía lo que eso significaba y sentí pánico al verlo. Deseaba con todas mis fuerzas cerrar los párpados y salvarme de su mortal escrutinio, pero no podía. Era tan hermoso contemplar cómo esa voluta amarillenta iba fundiéndose con sus iris, con sus pupilas… Era hipnotizador.
En ese momento, un espantoso dolor sacudió todo mi cuerpo.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Vampiros de Morganville #2: El Baile de la Chica Muerta

Título: El Baile de las Chicas Muertas (The Dead Girls Dance)
Autora: Rachel Caine
Saga: Vampiros de Morganville #2
Editorial: Allison & Busby
Idioma: Inglés
Fecha de publicación: 4 julio 2008
ISBN: 978-0-7490-7986-4
Precio: £6.99 o 16.50€






Sinopsis:
Buenas noticias, chicas: ¡aquí están vuestras citas! Claire Danvers no lo tiene precisamente fácil: es un genio en una universidad que valora más el físico que el cerebro, debe enfrentarse a unas compañeras de residencia homicidas y, sobre todo, acaba de descubrir que la ciudad en la que vive está llena de vampiros. Aunque, por otro lado, tiene un compañero de piso genial (con tendencia a desparecer cuando sale el sol) y un novio, Shane, cuyo padre cazavampiros acaba de regresar a Morganville con refuerzos: una banda de moteros punk ávidos de venganza. Malas noticias, chicas: están muertos. Una fraternidad está a punto de celebrar su baile anual de las chicas muertas y -¡sorpresa!- Claire y su mejor amiga, Eve, quien tampoco figura en la lista de las más populares de la ciudad, han sido invitadas. Aunque cuando descubran el motivo, será demasiado tarde. Porque esta vez tanto los vivos como los muertos tienen ganas de fiesta… y todos están sedientos de sangre.

Voy a intentar hacer esta reseña sin spoilers, dado que siendo una segunda parte hay muchos que parece que ni lo son. Este libro tiene un argumento totalmente diferente al primero. Quiero decir, no es como si fuese a ser siempre lo mismo, y en base muy profunda sí que sigue un hilo, pero no hay ni rastro del libro del primer libro, por ejemplo. 
El padre de Shane y su banda de moteros han llegado a la ciudad. Cosa mala, porque el padre de Shane es un completo idiota. Está loco. Y da miedo. Mucho. Son una especie de secta mata-vampiros, cosa que como veréis en Morganville no está muy bien visto. Así que como es lógico los vamps van a por ellos. 
Pero la trama central se basa en otra cosa. No os voy a contar mucho porque sería una gran gran enormous spoiler, o no, depende quien. De todos modos no os voy a decir nada. Tiene que ver con Shane. 
La española es caca.
Hay nuevos personajes, pero siguen estando los antiguos. Claire, la lista, Eve, la gótica, Shane, el chico, Michael, el dueño de la casa, Monica, la abusona-barra-abeja-reina, Oliver, el ex-jefe de Eve, Amelie, la Vamp Boss, y todo ese stuff. Pero también están Sam, un vampiro ginger, el más joven, además, Frank Collins, el padre de Shane y su interminable banda de moteros...
La parte final me dejó como WTF? El final finalísimo es muy abierto, y tiene que serlo, que se le vienen después más de diez libros. Pero las últimas 50 o 60 páginas son adrenalina pura, con un par de giros en el argumento que son geniales y te abren un sinfín de nuevas probabilidades. 
Me ha encantado la relación entre Eve y Michael, tiene ese algo que la de Shane y Claire no tiene. Alguien tenía que sentir el love is in the air. Eve es gótica, y Michael rubio. Tienen que hacer una pareja... Peculiar por lo menos ^^ Y ahora más. Pero me callo y os dejo con la intriga. Muahahahaha que mala soy xD 
Rachel Caine tiene una forma fácil de explicar situaciones difíciles. Y es una máquina de escribir. ¿Habéis visto la cantidad de libros que tiene? Va a un par por año... Bueno, que escribe de una forma que sientes la situación. Si alguien se está muriendo, te lo imaginas ahí tirado, chorreando sangre o lo que sea. Te imaginas los colmillos de los vampiros y sus ojos cuando hacen eso de la compulsión. Pero muy vívido. 









miércoles, 7 de diciembre de 2011

Novedades Diciembre

A ver, darlings. Con todas las novedades de éstos últimos meses, no os esperéis otras millones de páginas que añadir a vuestra lista. Que son mas bien pocas este mes. Si te paras a pensarlo, es marketing. Te dejan dos mesecitos para que te entren por los ojos, para que no puedas pasar sin ellos... ¡QUIERO NAVIDADES! En fin, que hay un par, pero no son ni siquiera en castellano. 





                 Alas #2: Hechizos - Aprilynne Pike


Han pasado seis meses desde que Laurel salvó la puerta de entrada al reino de las hadas de Avalon. Ahora ella ha de pasar el verano perfeccionando sus habilidades como hada del Otoño. Pero su familia y amigos todavía están en peligro de muerte - y la puerta de entrada a Avalon está más comprometida que nunca.Cuando llegue la hora de proteger a los que ama, ¿dependerá ella de David, su novio humano, para conseguir ayuda? ¿O acudirá ella a Tamani, el electrizante hada con cuya conexión es innegable?



Y en castellano eso es básicamente todo. Mucho, ¿eh? En fines, serafines. 





6 Diciembre


       Cazadores de Sombras, Los Orígenes: Príncipe Mecánico - Cassandra Clare







En el mágico bajo mundo del Londres Victoriano, Tessa Gray ha encontrado por fin seguridad con los Cazadores de Sombras. Pero esa seguridad se pondrá a prueba cuando malignas fuerzas en la Clave planean ver a su protectora, Charlotte, sustituida como la dirigente del Instituto. Si Charlotte pierde su posición, Tessa será echada a la calle - y presa fácil para el misterioso Magister, quien quiere usar los poderes de Tessa para sus propios oscuros fines.
Con la ayuda de el apuesto y auto-destructivo Will y el ferozmente dedicado Jem, Tessa descubre que la guerra del Magister contra los Cazadores de Sombras es profundamente personal. El los culpa por una tragedia sucedida años atrás que destrozó su vida. Para revelar los secretos del apsado, el trío viaja de la neblada Yorkshire a una finca que contiene horrores no contados, de los barrios de Londres a encantador salón de baile donde Tessa descubre que la verdad de su parentesco es más siniestro de lo que ella imaginó. Cuando ellos encuentran un demonio mecánico llevandole una advertencia a Will, se dan cuenta que el magister conoce cada movimiento de ellos - y que uno de los suyos les ha traicionado.
Tessa encuentra a su corazón atraído más y más hacia Jem, pero anhela a Will, a pesar de sus oscuros estados de ánimo, que la continúan trastornando. Pero algo está cambiando en Will - el muro que había construido alrededor de él está desmoronándose. ¿El encuentro del Magister liberara a Will de sus secretos y le dará a Tessa las respuestas sobre quién es y para lo que está destinada?
Mientras su peligrosa búsqueda por el Magister y la verdad conduce a los amigos dentro del peligro, Tessa aprende que cuando el amor y las mentiras se mezclan, pueden corromper incluso al alma más pura.





      The Dark Divine #3: La Gracia Salvaje (The Savage Grace) - Bree Despain






Un alma atormentada. Una elección imposible. Una última batalla.


Luchando con la maldición del hombre lobo palpitando dentro de ella, Grace Divine fue finalmente capaz de encontrar a su hermano, pero casi le cuesta todo.
Con su novio, Daniel, atascado en su forma lobuna y con la muerte de Sirhan acercandose, a Grace se le acaba el tiempo para parar a Caleb Kalbi y su horda de demonios. Si falla, su familia y hogar desaparecerán. Todo cae sobre los hombros de Grace. 
La última entrega de la trilogía The Dark Divine nos trae el amor entre Daniel y Grace a una conclusión que quita la respiración.






Pretty Little Liars #10: Despiadada (Ruthless)







Durante años, el escándalo ha sacudido a Rosewood, Pennsylvania y las estudiantes de último año de secundaria Aria, Emily, Hanna, y Spencer han estado siempre en el centro del drama. Han perdido amigos, han sido el blanco de un acosador despiadado llamado A, por poco escaparon de la muerte. Y no ha terminado todavía.
La vida amorosa de Aria esta frita. Emily explora su lado salvaje. Hanna está besando al enemigo. Y alguien del pasado de Spencer, alguien que nunca pensó que vería de nuevo, vuelve a perseguirla.
Pero nada de eso se compara con lo que pasó las vacaciones de la primavera pasada. Es, hasta ahora, su secreto más oscuro y, ¿adivinad quien se se enteró? Ahora A está decidida a hacer que paguen por su crimen, y más aterrador que A es el temor de que quizás, sólo quizás, se merecen lo que les esta pasando.


Os quejaréis de cantidad.... ¡Márketing, lo que yo digo!

domingo, 4 de diciembre de 2011

Reseña Vampiros de Morganville #1



Título: La Mansión Glass
Autora: Rachel Caine
Saga: Vampiros de Morganville #1
Editorial: Allison & Busby
Idioma: Inglés
Fecha de publicación: 25 junio 2008
ISBN: 9780749079512
Precio: £6.99 o 15.50€ (en español)






Sinopsis:
Para Claire Danvers, el instituto era el infierno, pero la universidad probablemente será el asesinato: Bienvenidos a Morganville, Texas. No estéis fuera cuando llegue la oscuridad. Claire Danvers, estudiante de primer año en la Universidad, ya tiene bastante con su situación de pesadilla en el dormitorio, donde las chicas populares nunca le permiten olvidar dónde está situada en la escena social de la escuela: algo inferior a cero. Tras salir del campus, la vieja casa donde finalmente encuentra una habitación no parece ser mucho mejor. Sus nuevos compañeros de habitación no muestran demasiados signos de vida, y parece que todos esconden secretos. Pero el mayor de los secretos parece no serlo, excepto por Claire: Morganville está infestada de vampiros. Es una suerte que sus amigos la tengan a ella a sus espaldas, porque Claire es la joven de 16 años más inteligente que jamás ha visto la ciudad. Necesitará todas las ventajas que logre para sobrevivir en Morganville… muchas menos que para conseguir una carrera.

Primero voy a aprovecharme de la situación para apologize. Porque no posteo desde hace siglos desde el inicio de los tiempos, pero tampoco tengo mucho tiempo, que las series duran mucho :S Pero se acercan las navidades y el tiempo libre, así que espero pasarme por aquí a menudo. Mucho.
Y empezamos la reseña en sí. Está bien, es entretenido y bastante original para tratarse del género vampiro. Le d aun toque nuevo con el lógico-pero-no-habitual los vamps son malos. Nada de glitter ni mierdas. Es mas bien "hello, soy un vampiro. Vas a morir porque eres un idiota que sale de noche". 
En Morganville todos saben que los vampiros existen. Menos Claire, que es una chica-genio de esas a las que pasan de curso. Y muy lista será, pero de espabilada nada. Y todo empieza cuando se muda del campus a la Mansión Glass. La hacían bullying. 
El campus es algo así como territorio neutro, los vampiros no hacen nada allí. Pero aún así, los alumnos suelen ser Protegidos. Las familias morganvillianas reciben protección a cambio de donaciones semanales de sangre y ese stuff. 
Eve, Shane y Michael habitan la casa. Eve es gótica, y lo hace para mofarse de los vamps. Cosa que no les hace nada de gracia. Michael es una criatura de costumbres nocturnas. Que se tira el día durmiendo, vamos. Y Shane solo sabe cocinar chilli. Muy rico, por cierto. Mucho no tardan en contarle a la lista e inocente Claire el tema de los que muerden.
Y no se lo cree. Hasta que uno casi la mata. Claaaaro. Menos mal que Oliver, el jefe de Eve, la salva. Su café es algo así como un sitio neutro también, pero porque los vampiros temen a Oliver. O al menos le respetan, aun siendo humano.
Morganville es un pueblo en medio de la nada. Con una universidad. Esa parte me dejó un poco WTF?, pero es un pequeño detalle. En general está bastante bien, es entretenida, y personalmente me siento un poco identificada con Claire. Es pequeña pero luchadora, lista y con ganas de hacer algo. No puede simplemente quedarse quieta a esperar.
También hay un libro. Sí, un libro dentro de un libro. Me gustó mucho esa parte, me pareció de lo más interesante.
Lo único malo así a grandes rasgos es Shane. A Claire como era de esperar le gusta. Y a Shane le gusta Claire. Se besan y todo ese stuff. Pero no sé, no me acabó de convencer. Fue todo demasiado rápido. Quiero decir, un día está simplemente pensando que es mono, como Michael lo de esta chica es un grave caso de necesito-alguien-cualquiera, y al día siguiente se están besando, somos novios y eso. 
No me enrollo más, que os veo boste*bostezo*. Ains, ya me lo habéis pegado. En fin.





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